Un sitio espectacular, con unas vistas muy bonitas al mar desde la cima de una montaña.
La casa es amplia y se accede a ella por un camino de piedras bastante largo, lo mejor es llevar un coche alto.
La casa está rodeada de olivos y naturaleza, ideal para descansar. Por la noche los únicos ruidos que se oyen son los de las ranas de alguna charca cerca.
Hay un camino directo a la playa, aunque está un poco empinado, se puede ir bien en 10-12 min. La playa está virgen sin ninguna construcción y es una gozada.
A Paola no la conocimos personalmente pero siempre estuvo atenta, por si faltaba algo.
Sin duda volverÃa.